viernes, 13 de julio de 2007

El chico de Úbeda

Hoy, harto de mis poemas sin emoción ni vida, empiezo un breve repaso de pequeños versos que han cosquilleado mi corazón. Son versos que se cruzan en mi camino, como titanes que salvan a los débiles de la indiferencia.

Me inicio con los primeros versos que recuerda ahora mi memoria. Son de un artista, un cantante, un poeta. Voz quebrada, sonrisa pícara, barba de tres días y sombrero oscuro. Actúa en el papel de frívolo, pero cuando compone, habla de la oscuridad y crudeza de la vida. Armoniza música y letra. Un poeta con melodía, o un cantautor de poesía, siempre matando dos pájaros de un tiro.

"El agua apaga el fuego
y el ardor los años,
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.
Y cada vez peor,
y cada vez más rotos.
Y cada vez más tú,
y cada vez más yo,
sin rastro de nosotros".

No hay comentarios: